LA PEQUEÑA MUERTE (adelanto)


1.

Terminado el discurso laudatorio, el cajón comenzó su descenso a los infiernos. El verde intenso del pasto circundante, los pajaritos que cantaban, pequeños grupos de árboles frescos y lozanos no alcanzaban a disimular lo que pasaba.  


2. 

Las cosas se desmadraron cuando su tercer hijo se suicidó. No quiso hacer terapia ni estuvo dispuesta a aceptar la presencia de su esposo ni de sus amigos. Entonces, con la excusa de la necesidad de unos días aislada del mundo, de la agitación plañidera del pueblo en el que vivía, viajó durante horas en busca de una ciudad con trenes. 


3.

Hacía tiempo que había tomado la decisión: cuando empezara a ser un estorbo para su familia, pondría fin a sus días, silencioso, apartado. Llegó a los noventa vivito y coleando. Se lo llevó, sin estridencias, un infarto.


4.

Leía historias de reyes y de imperios; le gustaban las batallas sangrientas, los cuerpos atravesados por las lanzas, los caballos enarcados sobre los que montaban soldados y generales; el cúmulo de cadáveres que se amontonaban al final del día. Alguna noche soñó ser el protagonista de los míticos escarceos.

Finalmente, un frío domingo de junio murió en la cama del hospital en la que su cuerpo reposaba en coma.



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