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Mostrando entradas de abril, 2021

Tentativas, traumas y silencios. Diálogo sobre "Las tentativas", de Isabel Retamoso

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  He aquí el diálogo. Fabián Muniz : Compartamos impresiones de lectura sobre la primera novela de Isabel Retamoso, Las tentativas . Me doy cuenta de que ya supongo que se trata de una novela, y el tema del género literario de este texto, o incluso "género discursivo", como en un cierto momento pasó a emplearse también, es inestable. Santiago Cardozo : Es cierto lo que decís, no solo por la brevedad del texto (a fin de cuentas, a veces no habría que darle tanta importancia a esto), sino también por su composición formal. Quizás, incluso, es un "halago" no hablar de novela, para no provocar todas las expectativas "aclicheadas" que le vienen pegadas, como una especie de resaca marítima. Fabián Muniz : Sí, estoy de acuerdo (y me gusta lo de la "resaca marítima" porque ya introduce la erosión del río que humedece ciertos episodios del libro). La "degeneración" del libro le da un plus de libertad con respecto a ideas preconcebidas sobre lo q

PENSAMIENTOS (I)

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Por S. C. Un tipo va por la calle y se topa con un árbol. Lo mira y piensa: árbol. Enseguida, se da cuenta de que, al pensar en el árbol, pensó, en realidad, en la palabra “árbol”. Entonces, sigue caminando con la mente absorta en los pensamientos que se le suscitaron. Al cabo de unas cuadras, se topa con otro árbol, lo mira detenidamente, como buscando su naturaleza secreta, y, de nuevo, ocurre lo ya ocurrido: pensó en la palabra “árbol”, pero ahora se le añade una inédita anagnórisis: no solo pensó en la palabra “árbol”, sino que también pensó la palabra “árbol” y, con ello, advirtió el vacío que rodea al pensamiento o que lo hace posible: la cosa árbol no está ahí, en la palabra. La angustia comenzó lentamente a apoderarse de él. La tercera anagnórisis no se hizo esperar: cuando pensó la palabra “árbol” y reparó en que el árbol no estaba en el signo, cayó en la cuenta de que nunca se puede acceder a la cosa árbol si uno quisiera saltearse la palabra. Siempre hay que pasar por esta

REFLEXIONES SOBRE LA REALIDAD (II)

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  Por S. C. Estuve toda la noche leyendo a Ernaux. ¿La conocés? Una profesora amiga me la recomendó. Conseguí, por Amazon, Los años . Mirá lo que dice en la página 18, te leo: “Todo se borrará en un segundo. Ese diccionario acopiado desde la cuna hasta el lecho postrero se eliminará. Habrá silencio y ninguna palabra para decirlo. No saldrá nada de la boca abierta. Ni yo ni mí. La lengua seguirá convirtiendo el mundo en palabras. En las conversaciones en torno a una mesa de fiesta sólo seremos un nombre, y cada vez tendremos menos rostro, hasta desaparecer en la masa anónima de una generación remota”. La puta madre: así se escribe, ¿o no? ¿Te das cuenta? Somos la piltrafa del universo, loco. Ni siquiera el grano de arena (y lleno de pus) en el desierto. No. La piltrafa misma del universo. Fijate que somos en la lengua, cuando asumimos la posición del “yo” (un tipo francés decía eso, antes, mucho antes, creo que se llamaba… Benvealgo). Esa palabrita casi sin sustancia y sin descripción a