mas allá
Por Silvia Werter
salgo con las viejas
que siempre se van antes
pensando en no querer
padecer la soledad.
ya son casi las 12,
se hizo tarde.
la dejaría mucho más
solo para amarla,
aún.
salgo con las viejas:
me como una docena de lágrimas
me encuentro con un perro negro
y juego con que casi me atropellan
–hace mucho que no miento,
mañana fue ahora mismo en la próxima esquina.
es así:
no me puedo enfocar en las palabras,
hay destellos en mi visión y
no sé bien qué es un destello.
todavía
me confundo con des
techos
techitos
tejas naranjas se vuelan
y lo que veo
no son estrellas, sino
un largo y blanco bloque.
quisiera disculparme,
pero soy una culpable ilegítima.
me cegó el blanco del bloque
y a la vez cargo con este
inconmensurable: deseo.
es decir,
en el encuentro mortífero del intento
con el lazo sabidamente fallido
respira un oxidado motor de acero.
por qué vuelven, me pregunto
por qué nunca se han ido,
me pregunto.
tanto se mueve el mar
para luego caerse sobre sí.
una serpiente se arrolla en un canto,
después delira con un árbol marrón.
yo deliro que me escapo,
pero mientras vivo.
que siempre se van antes
pensando en no querer
padecer la soledad.
ya son casi las 12,
se hizo tarde.
la dejaría mucho más
solo para amarla,
aún.
me como una docena de lágrimas
me encuentro con un perro negro
y juego con que casi me atropellan
–hace mucho que no miento,
mañana fue ahora mismo en la próxima esquina.
no me puedo enfocar en las palabras,
hay destellos en mi visión y
no sé bien qué es un destello.
me confundo con des
techos
techitos
tejas naranjas se vuelan
y lo que veo
no son estrellas, sino
un largo y blanco bloque.
pero soy una culpable ilegítima.
me cegó el blanco del bloque
y a la vez cargo con este
inconmensurable: deseo.
en el encuentro mortífero del intento
con el lazo sabidamente fallido
respira un oxidado motor de acero.
por qué nunca se han ido,
me pregunto.
para luego caerse sobre sí.
una serpiente se arrolla en un canto,
después delira con un árbol marrón.
yo deliro que me escapo,
pero mientras vivo.
“Explosão”, Clarice Lispector (1975).
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