Espejos y fantasmas (I): del otro lado, la memoria
Por Santiago Cardozo
(1)
Parado frente al espejo del baño descubro
La imagen distorsionada de mi madre,
Que me llama de lejos y me reprocha
Haber dejado los deberes por la mitad.
Cierro los ojos, los párpados bien apretados,
Y, cuando los abro, ya no hay nadie:
Mi propia imagen se mueve ligeramente
Hacia un costado y enseguida se acomoda
Para devolverme el aliento que hacía un minuto
Me había abandonado.
Mi madre se volvió un espectro
Permanente,
Que me visita noche por medio,
Difuso,
En el rincón claroscuro del dormitorio.
Agazapado y con la cuenca de los ojos
Vacía,
Me absorbe con la mirada
Insomne
Y me susurra que la deje ir
De los versos.
Pintura: Francis Bacon.
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